Alien Covenant: Como dice el dicho, la tercera es la vencida.

Para quienes en su momento leyeron las impresiones de Centurion, hace un par de semanas atrás, sabrán que había tenido un pequeño percance al sentarme a ver esta nueva entrega de la saga de Ridley Scott. Por esas cosas de la vida, la segunda vez que me dispuse a mirarla, nuevamente tuve que interrumpirla unos instantes antes de donde la había dejado la vez anterior, y por la misma razón.

*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la película*

Fue de una manera tal como si el propio destino me estuviera diciendo muy sutilmente: "no la veas, no vas a encontrar nada de lo que esperas.". Y efectivamente así fue. Soy consciente de que en parte la culpa es mía, la vara con la que estaba midiendo este film se encontraba muy alta, deseando que por algún milagro pudiera superar o al menos alcanzar el nivel de Aliens (la primera secuela). Ríanse todo lo que quieran, ¿pero acaso no estoy en todo mi derecho de soñar?

Este tipo merecía morir, desde el momento en que dice
que no cree en la suerte, pero a su vez prefiere tener fe
en que todo salga bien. ¿Quién escribió ese libreto?

Sin importar cuantas veces vea esta parte,
para mi es una nave de juguete.

Sin embargo hay que reconocer que en esta nueva película Ridley Scott regresa a las bases originales de la franquicia, regalándonos en un comienzo una fuerte dosis de nostalgia para quienes vimos en su momento la producción de 1979. Eso si, no tendremos a Ripley, por lo que nos tendremos que conformar con una imitación, bastante decente a decir verdad.

No voy a mentirles, en mi memoria tengo grabada la personalidad que Sigourney Weaver le impuso a su personaje en Aliens, y dada su evolución en la trama argumental no sería justo para Daniels compararla con aquella. A pesar de ese leve detalle hay que otorgarle el mérito de cargarse al hombro la mitad del film y ser la responsable de llevarlo a buen puerto.

Ya desde el principio nos avisaban que
sería una experiencia existencialista...
¡Qué linda manera de arrancar una película de Alien!

Sin palabras...
¿A quienes se les ocurren estas ideas?
¿Acaso nadie revisa el guión antes de filmar?
¿Qué hace la gente de postproducción...?

Porque del otro lado estuvo Michael Fassbender, desenvolviéndose en un doble papel, y arruinándonos la cinta con el regreso de David. Fue con su aparición que Alien Covenant entró en el oscuro sendero que saca lo peor de esta nueva revisión de la saga; todos sabemos el desastre que hizo Prometheus al intentar darle un origen a las hermosas e inocentes criaturas del espacio.

Retomando inescrupulosamente cuestiones filosóficas, descubrimos que aquellas incógnitas que habían quedado sin resolver en la precuela, en esta ocasión serían esfumadas de un plumazo con una explícita y descarada ayuda del libreto; un guión que dicho sea de paso deja bastante que desear, siendo bastante previsible y aburrido.

Esto estaba haciendo la gente de postproducción,
intentando que el público se olvide de lo absurdo
de la trama con un bebé alien.

Fuera de contexto se ve bárbaro...
Ahora en ese momento exacto, no sé qué quiseron hacer.
Creo que esta película es demasiado compleja para que
quien les escribe pueda entenderla.

Lo mejor que ha ofrecido Alien Covenant fue sin ninguna duda su parte visual, aunque sólo por momentos. Hay poco y nada que discutirle a la película en cuanto a las escenas de acción; en ese aspecto los fans quedarán más que conformes por más que se repitan clichés de años anteriores.

Aún así, esta nueva entrega se esfuerza muy poco por intentar entrar en la lista de buenas películas de la franquicia; sumándose de esa manera a Alien 3 y 4, y a Prometheus por supuesto. Para los pochocleros, servirá para pasar el rato, pero quienes esperen encontrar indicios del gusto de épocas pasadas, puede que se desilusionen ya que lo bueno se encuentra a cuentagotas y sin tanto impacto general en el argumento.

Oh si... a esto vinimos.

Cuando te enterás que hay más películas de Alien
y esperas que alguna sea buena.