A ese lo conozco, y a ese también... Este otro, mmm, esa
cara me es muy familiar. ¿Y este no es...? Iban pocos minutos de la película y
en una seguidilla de apariciones me vi tratando de ubicar y reconocer un buen par
de caras, al día de hoy, un poco familiares. Resultó ser que por esas
casualidades de la vida, gran parte del reparto de The Last Legion años más
tarde volvería a compartir cámara en Game of Thrones.
*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la película*
Hay que admitir que es un poco triste cuando uno se pone a pensar que lo mejor de esta producción de Doug Lefler ha sido un dato que no es más que una simple curiosidad al final del día, y que no es una cualidad innata del film. Creo que con este simple comentario he dicho todo, ¿no? Por las dudas, déjenme decirlo un poco más explícito, ha sido una película mala, digna de ser transmitida un día domingo por la tarde en canal abierto, en cuya circunstancias podría resultar más pasable, tal vez.
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Aca empezamos con las caras conocidas... |
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Y de repente... ¡Jorah Mormont! |
Por ahí he leído que está basada en un libro, y que si bien
aquel se tomaba ciertas licencias históricas, terminaba siendo una aventura
bastante entretenida. Algo que lamentablemente su versión en la pantalla grande
no pudo emular. ¿Hay que culpar a la falta de presupuesto, o a una ambición que
superaba con creces los recursos disponibles?
Quizás ninguna de las dos; lo más probable es que se deba a
que el guión haya sido trabajado una mañana con toda la resaca encima, luego de
una larga noche de copas y más. Vamos, que desde el propio inicio ya nos indicaban
que tan inverosímil sería la película, mostrándonos a nuestro protagonista en
lo más alto de una colosal estatua.
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La escena en cuestión.
Incluso tiene una molesta línea negra en el borde superior;
en cualquier otra película aduciría que ha sido un mal ripeo.
pero después de todo lo visto, no me sorprendería
que el original haya sido así. |
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Invitado especial: Batiatus. |
The Last Legion nos conduce a ver los últimos días del
Imperio Romano, literalmente hablando, ya que luego de una fugaz introducción
de quienes serían nuestras estrellas, una horda de bárbaros asedia Roma y se
desata la hecatombe. Una lucha sin mucho glamour y que sería rápidamente
olvidada, especialmente por la falta de gracia de los intérpretes de la trama.
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¿Cómo no va a sobrevivir?
Si lo dejaron inconsciente apenas empezó la pelea. |
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Ese ketchup si se puede ver. |
Un César insulso, totalmente perdido en medio de la
narrativa. Podríamos tirar todo el fardo sobre el desempeño de Thomas
Brodie-Sangster, pero a decir verdad, cuando se ve el resultado general de la
producción, llega un punto en que ya no se puede echarle la culpa a los
miembros del reparto.
Lo mismo sucede con Aurelio y sus hombres. Eso si, una
mención especial merece Ben Kingsley, en su papel de Ambrosino; primera vez que
lo veo con pelo, y haciendo de bueno. Lo destaco no por su labor, sino porque
durante casi toda la película (desde su aprehensión en adelante, si no es desde antes en realidad) su personaje fue una burda imitación de Gandalf.
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Le quedan mejores los papeles secundarios, al menos
por lo poco que he visto de su trabajo. |
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Ese Gandalf barato con una rama de árbol en vez de báculo. |
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Ahora entiendo por qué decían que era
El Señor de los Anillos de bajo presupuesto. |
Tal vez, sólo tal vez (no quiero ni voy a poner mis manos en
el fuego), el momento en el que más se pudo disfrutar el film fue durante el
rescate en Capri. Por unos instantes se presenció el destello de una verdadera
modesta película de aventuras, con un toque de comedia, aún en medio de la
lucha.
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