05 agosto, 2017

The Eagle: "El águila no es un pedazo de metal. El águila es Roma."


¿Dónde están las películas modernas sobre el Imperio Romano cuando se las precisan? Eso estaba pensando los otros días mientras buscaba una alternativa para no iniciar una nueva campaña en el Rome Total War; como ustedes se podrán imaginar, uno comienza asediando la aldea más cercana y en el furor de la conquista termina cruzando el Mediterráneo, hecho que puede llevar su buen par de días de juego.

*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la película*

En fin, tras hacer un poco de investigación (en vano), recordé esta producción que me había quedado con ganas de ver tiempo atrás. Por suerte confiaba en mi memoria y no recurrí al trailer, ya que este literalmente muestra toda la película.

Si bien los fuertes son bastante prácticos,
económicamente hablando no resultan
muy beneficiosos.

Oh... Donald Sutherland, siempre es un placer
verlo en pantalla. Esto si que me agarró por sorpresa.

Históricamente no sé qué tan fiel haya sido The Eagle, no solo por la pérdida del águila, sino por la inclusión de las diferentes tribus que habitaban Britania por aquellos años, sin embargo todo lo que mostró en pantalla se vio de una manera tan natural que no se sintió como si hubiese algún elemento fuera de lugar, al menos para el saber popular.

Pequeños detalles como la fugaz inclusión de los carruajes de los bárbaros británicos, las clásicas formación de batalla romana, o sino también la utilización de los dialectos para cada tribu (que le dan un gran realismo a lo que se ve en pantalla), no pueden dejar de ser mencionados.

Todos somos machos hasta que llegan los carros.

No lo parece, pero le está dando la bienvenida a la aldea.

Con un argumento que por tramos se mantiene predecible, y en ocasiones logra una reacción inesperada en el espectador, Marco Aquila y Esca emprenden su travesía fuera de los límites del mundo romano. Un viaje que como es de esperar revelaría la verdadera naturaleza de ambos y de la época.

Mientras se hace un espacio para realizar una crítica sobre la realidad del Imperio, y no sólo a través de su dupla principal, The Eagle además encuentra en su narración la oportunidad perfecta para trazar un paralelismo y reflejar que a pesar de las claras diferencias entre uno y otro lado del Muro de Adriano, en el fondo ambas culturas compartían una esencia salvaje y hasta cierto punto digna de ser cuestionada.

También se dejan claramente en evidencia las similitudes al mostrarnos que no sólo los romanos eran quienes consideraban al águila perdida como un elemento importante. Para alguien que veía la situación de afuera como Esca, el estandarte no era más que un pedazo de metal como él mismo lo dice, pero para quienes la habían perdido y para quienes la habían obtenido se convirtió en un símbolo de suma importancia.

La fotografía general de The Eagle me gustó,
en especial ese filtro constante en la iluminación.

De esa manera, este film de Kevin Macdonald retoma una temática que prácticamente ha quedado olvidada por el cine comercial de estos días, y no solo eso, sino que lo hace mediante un despliegue atípico para lo que se nos ha acostumbrado a ver en pantalla. Una aventura donde la camarería está presente en todo momento y con batallas bien reducidas en cuanto a guerreros participantes.

En la era de los efectos especiales, donde la majestuosidad de ejércitos de miles o cientos de miles de soldados son el pan de cada día, The Eagle apuesta por grupos pocos numerosos enfrentándose, logrando evocar en el público las mismas sensaciones o incluso otras que parecen haber sido olvidadas desde hace tiempo.

Tremenda esta escena, y con la banda de sonido
jugando un rol más que importante.



 Zona Random: todos los números

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