Grandiosa, simplemente grandiosa. La verdad son innumerables
los adjetivos con los que podría calificar a este clásico del cine, y que sin
ningún lugar a dudas poco y nada tiene que envidiarle a las producciones
modernas del género, más allá del aspecto tecnológico.
*A partir de aquí puede que haya algún que otro spoiler leve sobre la película*
Una superproducción que desde el mero comienzo ya nos avisa
que es lo que debemos esperar al enunciar: "Una historia de Cristo."
Si bien el protagonista a lo largo de casi toda la cinta es Judah, ya se nos ha
puesto sobreaviso el perfil al que irá apuntando la trama durante el transcurso
de la obra.
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Este escena es de apenas empieza la película,
el espíritu de la antigua Roma en todo su esplendor. |
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Me llamó la atención como de manera intencional
en todo momento ocultan el rostro de Jesús. |
Voy a destacar la fuerza y la profundidad que logra la
narrativa, haciendo que uno sienta en la piel la tragedia que le toca vivir a
Ben-Hur en cada una de sus etapas. Porque eso si, en mi caso personal ha sido
un logro más del propio argumento y de su ejecución general, y no tanto de
parte de su intérprete principal. Caso contrario ocurre con el tribuno romano
por ejemplo, cuya perfomance especialmente en el primer tramo, me ha gustado
mucho.
Realmente en esta historia, todos sus personajes logran
lucirse ofreciendo su mejor faceta. La desgracia del príncipe judío en esta
ocasión si se debe a un giro netamente del destino y al propio accionar de
Mesala, quien utiliza a su viejo amigo solo para dar un ejemplo sabiendo que
este era inocente.
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Acuérdense de saludar a Mesala para el 20 de julio. |
No hay medias tintas, al menos en el primer acto. Mesala es
el antagonista de la película por mérito propio, y Ben-Hur por su parte está
destinado a tropezar y caerse constantemente como si su dios lo estuviera
poniendo a prueba. Las idas y venidas en la travesía del protagonista a lo
largo de la cinta en verdad son percibidas como eventualidades de su propia
suerte, y no un mero capricho del guión.
De manera similar se produce la relación entre Judah y el
resto del elenco. No hay una figura que influya de manera determinante sobre
nuestra estrella luego que es despojado de sus riquezas, provocando que con
cada nuevo encuentro vaya recibiendo en alguna que otra pequeña medida una
pizca de experiencia, que lo irán guiando hacia su meta.
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Los ROMANOS (sí, con mayúsculas):
Poncio Pilatos y Quinto Arrio. |
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"De acá unas décadas seguramente Hollywood
precisará dinero y harán una remake.
Y a tu personaje le pondrán rastas." |
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"¿Rastas? Es una joda, ¿no?" |
El príncipe que llegamos a ver al final de la película es
algo muy distante al que se nos presentaba en los comienzos. No sólo a causa de
su desventura inicial, sino por todo lo que fue recorriendo durante su camino
de regreso a casa; sus interacciones con Quinto Arrio, con el jeque Ilderim,
Baltasar y Esther, o incluso con el propio Poncio Pilatos son fundamentales al
mensaje que desea transmitir la obra.
Un detalle no menor, es su extensa duración. Con poco menos
de cuatro horas William Wyler tuvo el tiempo más que suficiente para
desarrollar con total tranquilidad la historia; algo que dependiendo del
espectador puede llegar a jugarle totalmente en contra. De esa manera también
se explicaría las grandes diferencias que tiene con su remake más reciente, ya
que la trama se condensó y adaptó para que durara apenas dos horas.
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Como cuando la venganza te ciega y no podés ver
lo que tenés a tu lado... definición gráfica. |
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Una escena que parte el alma. |
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